Desarrollan herramientas satelitales para controlar la principal enfermedad en cítricos 

Desarrollan herramientas satelitales para controlar la principal enfermedad en cítricos 

Investigadores argentinos participan de una iniciativa regional para desarrollar un sistema de detección temprana con información satelital para el Huanglongbing (HLB), la principal enfermedad que afecta a los cultivos de cítricos en gran parte del planeta. Así, se calcula que en solo cinco años provocó pérdidas de hasta un 40 por ciento en la producción del continente americano. Ante este escenario, especialistas diseñan una herramienta de monitoreo innovadora con imágenes desde el espacio para advertir a tiempo la aparición del fenómeno y minimizar los daños.

El HLB es una bacteria que se transmite a través de un insecto llamado Diaphorina citri y no tiene cura. Una vez que la planta se enferma, la única solución es eliminarla y entonces se pierde la producción. Por eso buscamos generar tecnologías de monitoreo útiles para la detección temprana y el control del avance del vector”, explica Ignacio Doporto, miembro del equipo de investigación del Instituto Gulich.

La iniciativa se enmarca en el Programa Cooperativo para el Desarrollo Tecnológico Agroalimentario y Agroindustrial del Cono Sur, integrado por expertos de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. En conjunto, estos países poseen más de un millón de hectáreas implantadas con cítricos, con una producción de 25 millones de toneladas anuales.

Monitoreo constante

Con el objetivo de conocer más sobre el avance de la enfermedad en el país y desarrollar herramientas de control, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) lleva adelante desde 2017 un sistema de monitoreo en el departamento de Federación, provincia de Entre Ríos, con inspecciones visuales y análisis de laboratorio sobre plantaciones de cítricos.

En base a estos datos, se observa una tendencia creciente de la proporción de casos positivos en la zona, sobre todo en los meses de enero y noviembre, cuando se intensifica la enfermedad. Los reportes del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, del Senasa y del Ministerio de Producción de Corrientes indican que los principales síntomas del HLB se asocian a una maduración invertida del fruto (que genera una caída temprana del cítrico antes de haber madurado), al moteado o punteado en hojas y a las nervaduras engrosadas.

En mayo de 2023, Doporto realizó una campaña de campo en diferentes huertos de naranjos cercanos a la localidad de Chajarí, también en Entre Ríos, donde profesionales de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) utilizaron un espectro-radiómetro para hacer mediciones experimentales sobre 63 plantas con distintos tipos de sintomatología. El trabajo consistió en medir la capacidad que tienen las plantas sanas y enfermas para reflejar la luz e identificar los ejemplares afectados. Una vez identificados y diferenciados con este instrumento, la información se compara con los datos satelitales obtenidos.

Un campo promisorio

Para sus investigaciones, Doporto utiliza imágenes de la misión satelital Prisma, de la Agencia Espacial Italiana, y mediciones a campo que se registran con un espectro-radiómetro de la CONAE. Este instrumento sirve para calibrar y validar los productos de origen espacial, vinculando los datos medidos en el terreno con los obtenidos mediante el satélite. Se trata de una herramienta única en el país por su alta resolución espectral, que es la capacidad de medir en distintas longitudes de onda.

“El uso de información multi e hiperespectral obtenida a partir de datos adquiridos por sensores remotos es un campo nuevo y promisorio para generar herramientas de monitoreo y control de la enfermedad”, afirma el investigador.

“Hoy se le está dando más valor a los instrumentos de transferencia, capaces de vincular los datos que se miden en la tierra con lo que observan los satélites. Antes se trabajaba directamente con lo que medía el satélite, pero para desarrollar algoritmos con mayor precisión fue necesario utilizar herramientas como los espectro-radiómetros”, dice Sebastián Heredia, profesional de la Gerencia de Vinculación Tecnológica de la CONAE, quien participa de la logística de la campaña.

Clave en la toma de decisiones

Al momento, los científicos procesan los avances registrados que servirán para validar la información generada por los satélites. El objetivo es mejorar la calidad de la información brindada con datos adquiridos en tierra por el espectro-radiómetro para generar productos satelitales más precisos y que sean útiles para el monitoreo y la toma de decisiones.

“Con estas mediciones, y habiendo incorporado una imagen del satélite Prisma capturado en las mismas fechas en las que se tomó la muestra, vamos a evaluar el desempeño de índices y combinaciones de bandas para discriminar entre plantas sanas y plantas afectadas por HLB para diseñar un modelo y detectar síntomas de la enfermedad en plantaciones de cítricos”, detalla Doporto.

Fuente: https://www.pagina12.com.ar/559892-desarrollan-herramientas-satelitales-para-controlar-la-princ

¿Cómo se utilizarán los drones en la investigación científica?

¿Cómo se utilizarán los drones en la investigación científica?

Los drones son vehículos aéreos no tripulados que tienen diferentes usos, como, por ejemplo, buscar personas, evaluar cultivos o monitorear incendios. También se le suman las utilidades en las áreas militar, recreativa y comercial. Pero para investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) tienen una función particular: reconstruir la topografía de grandes regiones en alta resolución. El Instituto Patagónico de Geología y Paleontología (IPGP) es el primer instituto de CONICET en contar con el Certificado de Explotador de Vehículos Aéreos no Tripulados (CE-VANT).

Andrés Bilmes, geólogo e investigador adjunto del IPGP, explicó el uso de drones en un comunicado de divulgación científica. “Los utilizamos principalmente para la generación de modelos en tres dimensiones construidos a partir de fotos o vídeos, que se llaman modelos fotogramétricos. Con ellos se pueden realizar análisis geológicos y cuantificar procesos naturales y antrópicos, entre otras cosas”, comentó.

“Nosotros apuntamos a una batería de objetivos, pero todos consisten en la generación de modelos fotogramétricos de alta resolución espacial. Es decir, intentar reconstruir con la mayor exactitud y precisión posible la topografía del terreno”, agregó Nicolás Scivetti. También es geólogo y personal de apoyo del mismo instituto, perteneciente al CENPAT de Puerto Madryn. Junto a ellos, el licenciado en Informática y CPA del IPGP, Sebastián Lucas, forma parte del equipo del Laboratorio de Geoinformática en el centro científico allí ubicado.

A partir de las imágenes obtenidas por los drones, los investigadores crean modelos fotogramétricos de detalle. Los utilizan, por ejemplo, para determinar las fuentes principales de los sedimentos en ríos. Crédito: gentileza investigadores Conicet.

El impacto en la comunidad

La investigación mediante drones por parte del IPGP tiene un impacto directo en la comunidad de Puerto Madryn y alrededores. En la región del Valle Inferior del Río Chubut (VIRCh) suele haber falta de agua cuando llueve en grandes cantidades. Esto es debido a que el río, única fuente de agua dulce, arrastra una gran cantidad de sedimentos que impide su potabilización dejando a las comunidades sin este recurso.

“Con esta técnica de fotogrametría podemos hacer un monitoreo de mucha exactitud y precisión de los recursos naturales que tenemos en nuestra provincia y en el país”, amplió Bilmes. Esto sirve “para intervenir en el ordenamiento territorial de una zona y tener un antes y un después. Saber qué está pasando, cuánta arena perdió una playa o si la fuente de sedimentos es un cañadón u otro o calcular el volumen extraído de una cantera”, agregó. Antes, todo esto era algo muy complejo de hacer y era difícil llegar al nivel de resolución, exactitud y precisión con el que hoy cuentan.

Servicios a terceros

El uso de drones está disponible para instituciones y empresas que requieran analizar, cuantificar y monitorear recursos naturales. Esto se realiza a través de los Servicios Técnicos de Alto Nivel (STAN).

“Utilizamos los modelos de tres dimensiones de un cerro para poder comprender mejor cómo funciona en subsuelo un reservorio de hidrocarburos o de almacenaje de hidrógeno y de dióxido de carbono. Al tener un modelo 3D de gran exactitud, se pueden determinar múltiples mediciones de los cuerpos de roca que antes no se podían hacer”, explicó Scivetti.

La Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) es la encargada de otorgar los certificados CE-VANT, a los que solo 95 organizaciones de todo el país pudieron acceder. Entre ellas, el equipo del IPGP-CONICET y el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Son las dos únicas instituciones del sistema científico nacional en tenerlo, ya que el resto son empresas privadas.

“Es el certificado de explotador comercial de un vehículo aéreo no tripulado y hace referencia a una serie de dispensas que se otorgan para realizar actividades particulares con un VANT”, explicó Scivetti. Cuando solo se obtiene una licencia de piloto, se está limitado a ciertas actividades. Estas comprenden una altura de vuelo muy baja, una distancia muy corta y sin la posibilidad de obtener imágenes para trabajar, ya sea en el sentido comercial o académico.

“El CE-VANT, por el contrario, permite, a través de la elaboración de un manual de operaciones, certificados médicos, licencias de piloto y una planificación de la evaluación y mitigación de riesgos. Poder realizar estas operaciones, enmarcados dentro de la ley, tanto para realizar tareas científicas como para realizar servicios a terceros”, finalizó.

Fuente: https://www.notaalpie.com.ar/2023/05/10/drones-en-investigacion-cientifica/