Estallido de rayos gamma

Estallido de rayos gamma

El domingo 9 de octubre de 2022, un pulso de intensa radiación barrió el sistema solar. Se trató de un estallido de rayos gamma (GRB), el tipo de explosión más potente del universo. El estallido activó los sensores de varios dispositivos en órbita. Observatorios de todo el mundo se pusieron a rastrear el cosmos en busca de señales de la fuente. Incluso se recurrió a datos recolectados por la sonda espacial Voyager-1 desde el espacio interestelar. Tras examinar todos estos datos, astrónomos han logrado determinar hasta qué punto ese GRB fue excepcional y han hecho progresos para conocer mejor su naturaleza, aunque sobre esto último todavía persiste un misterio.

«GRB 221009A fue probablemente el estallido más brillante en energías de rayos X y rayos gamma ocurrido desde el comienzo de la civilización humana», afirma el astrónomo Eric Burns de la Universidad Estatal de Luisiana en Estados Unidos. Burns dirigió un análisis de unos 7.000 GRBs detectados en su mayoría por el telescopio espacial de rayos gamma Fermi de la NASA y el instrumento ruso Konus del observatorio espacial Wind de la NASA. El objetivo del análisis fue aclarar con qué frecuencia pueden producirse sucesos tan brillantes. La respuesta es: una vez cada 10.000 años.

GRB 221009A fue tan brillante que «cegó» a la mayoría de los instrumentos para rayos gamma en el espacio, lo que significa que no pudieron registrar directamente la intensidad real de la emisión. Científicos pudieron reconstruir esta información a partir de los datos del Fermi. A continuación, compararon los resultados con los del equipo ruso que trabaja con los datos de Konus y los de los equipos chinos que analizan las observaciones del detector GECAM-C de su satélite SATech-01 y los instrumentos de su observatorio Insight-HXMT. En conjunto, todo ello demuestra que el estallido de rayos gamma fue 70 veces más brillante que cualquier otro observado hasta ahora.

La señal del GRB 221009A había estado viajando durante unos 1.900 millones de años antes de llegar a la Tierra, lo que lo convierte en uno de los GRBs «largos» más cercanos conocidos. La emisión inicial de los GRBs largos dura más de dos segundos. La mayoría de los GRBs largos se genera más lejos que GRB 221009A.

Enlace al artículo original: https://arxiv.org/abs/2302.07891